Los científicos del Departamento de Zoología de la Universidad de Tel Aviv han identificado varias alternativas de antibióticos entre las esponjas que habitan el fondo de los mares. Ahora, procuran identificar, aislar y purificar las que podrían constituir el super-antibiótico del futuro.
Las esponjas marinas son conocidas por albergar un arsenal de compuestos que podrían trabajar para combatir las infecciones. Para ello han procedido al cultivo de grandes cantidades de microorganismos, tales como Actinobacteria, que viven en simbiosis con las esponjas marinas.
Las esponjas marinas son animales sedentarios cuyos cuerpos consisten en una fina capa exterior de células y una masa interna de células y elementos esqueléticos. Pegados al fondo marino, se basan en el flujo de agua a través de sus órganos, para recoger los alimentos y eliminar los residuos.
Al no tiener dientes, se protegen a sí mismos mediante la creación de asociaciones y alianzas con las bacterias y hongos. TAU ha logrado aprovechar estas relaciones, buscando en la misma los productos químicos que utiliza la esponja para la defensa como medio para combatir la infección en los seres humanos.
Las esponjas marinas son conocidas por albergar un arsenal de compuestos que podrían trabajar para combatir las infecciones. Para ello han procedido al cultivo de grandes cantidades de microorganismos, tales como Actinobacteria, que viven en simbiosis con las esponjas marinas.
Las esponjas marinas son animales sedentarios cuyos cuerpos consisten en una fina capa exterior de células y una masa interna de células y elementos esqueléticos. Pegados al fondo marino, se basan en el flujo de agua a través de sus órganos, para recoger los alimentos y eliminar los residuos.
Al no tiener dientes, se protegen a sí mismos mediante la creación de asociaciones y alianzas con las bacterias y hongos. TAU ha logrado aprovechar estas relaciones, buscando en la misma los productos químicos que utiliza la esponja para la defensa como medio para combatir la infección en los seres humanos.
El problema es que estos compuestos se encuentran en cantidades muy pequeñas. Recoger y extraer grandes cantidades de estos productos químicos significaría matar a grandes cantidades de animales.
Por ello, la Escuela de Química, ha realizado cultivos de esponjas de mar con un mínimo de daños al medio ambiente natural. Se trata de un enfoque agrícola y microbiológico.
De lo que no cabe duda, es que las últimas fronteras de las investigaciones científicas, todavía son lejanas. Y profundas...
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