La ciencia israelí, sus instituciones y academias, comienzan a avizorar densos nubarrones que echan sombras sobre las luces brillantes que, hasta aquí, la ciencia le regaló al país.
Amenazas para la ciencia israelí
Tres son las sombras que preanuncian la tormenta y amenazan su brillante presente: la amenaza a la libertad académica y de
investigación; la consecución de fondos de inversión hacia el futuro y, la más
peligrosa de todas: la fuga de cerebros.
Tienen como contexto, la apatía de
una sociedad exhausta[1];
la ausencia de programas de gobierno que renueven los planes trazados hace una
década sumado a presupuestos estatales que privilegian a sectores no
productivos (ultraortodoxos) y negocios de construcción en los territorios más
allá de las fronteras del país.
Fotos de arriba hacia abajo: la acampada de protesta israelí, exigiendo bienestar social; fachada de la knesset (parlamento) donde se aprobaran los presupuestos que determinaron la reducción de partidas estatales a la educación superior y a la investigación científica; asentamientos de colonos ultraortodoxos que reciben subsidios estatales para la construcción en detrimento de la investigación científica.
Sin embargo, es útil repasar cada
uno de los fantasmas que se yerguen como sombras amenazantes sobre la ciencia
israelí y su biotecnología, nada menos.
Fantasma 1: La amenaza
a la libertad académica y de investigación, que tiene varios antecedentes; uno de los más
importantes, la decisión del Ministerio de Educación (Gideon Saar, Likud,
derecha) de elaborar un "código de ética" sobre los límites que debe
tener la libertad académica (octubre de 2010) en las universidades, institutos
de enseñanza superior e instituciones académicas de investigación.
Gideon Saar, Ministro de Educación de Israel, que desatara una tormenta política con intentos de limitar la libertad académica y de investigación en las universidades israelíes.
Foto: Ministerio de Educación de Israel
En una tormentosa discusión en el
Comité de Educación de la Knesset (Parlamento), Saar sostuvo la necesidad de
"fomentar puntos de vista sionistas en el mundo académico". Por
cierto, no estuvo ausente la reacción inmediata de los presidentes (rectores)
de las universidades quienes alegaron que el Ministerio era una instancia
política no-académica, que no debía inmiscuirse en asuntos académicos y que tal
código "sería un error" que aniquilaría "la libertad de
expresión, investigación y la libertad académica", haciendo hincapié en
que la libertad académica es "extremadamente importante para la
investigación y la enseñanza" y que los nombramientos académicos deben
regirse no por la búsqueda de la diversidad política, sino por la
"excelencia en la investigación y la enseñanza."
No pocos ven este intento como una presión
de Shaas, partido ultra religioso que ha acumulado un importante capital
político y principal socio del gobernante Likud, pese a ser una fuerza
minoritaria con solo el 8% del favor de electorado apático (votó el 65% del
padrón electoral).
Poco tiempo después, en febrero de 2011,
una encuesta[2] mostraba que la mayoría de los israelíes (judíos) estaban dispuestos a
limitar la libertad de prensa y más del 50%, aceptaría límites a la libertad
académica si creían que representaba una amenaza para la imagen de Israel o de
la seguridad. Incluso un muy representativo 64% aceptaría límites a la libertad
de expresión en el caso de una amenaza a la seguridad nacional, aunque la
encuesta no expresa cómo la libertad de expresión podría afectar dicha seguridad.
Porcentajes similares aceptan límites a la
libertad de los profesores académicos en estas circunstancias.
Es cierto que, sorprendentemente, el 73%
de los encuestados cree que la libertad de expresión es "esencial"
para Israel, mientras el 51% opina lo mismo de la libertad académica. Quizá
esta encuesta sea una expresión cabal del por qué Israel es definido por sus
propios ciudadanos, artistas e intelectuales como "el país de las
dualidades".
Sin embargo aún hay más. Los intentos de acotar la
libertad académica comenzaron a brotar como hongos tras la lluvia en formas
nada sutiles. Un ejemplo lo constituye la carta pública de las esposas de los
principales rabinos del país, cuando hacia fines de diciembre de 2010, una
treintena de ellas instaban a las chicas judías a "no casarse ni trabajar
junto a hombres árabes". Es evidente que para los árabes que no acceden a
la universidad ni a posiciones académicas (la mayoría), la única opción laboral
son trabajos en la construcción, albañilería, carga y descarga en mercados,
etc.; ninguno de los cuales es trabajo apto para mujeres. ¿Entonces? La carta
está dirigida a las mujeres universitarias que comparten las aulas con los
pocos árabes-israelíes que acceden a estudios superiores.
Por la misma
época, en un colegio de Jaffa, estudiantes cuestionaron por qué los maestros no
les permitían hablar en árabe, pero sí admitían que los estudiantes inmigrantes
de la ex - URSS hablaran en ruso entre ellos; más aún teniendo en cuenta que el idioma árabe es
uno de los idiomas alternativos obligatorios en los colegios secundarios
israelíes.
¿Es éste el
futuro académico de Israel?
Fantasma
2: Gestión de fondos de inversión. Aunque
parezca extraño, a pesar de su posición como uno de los grandes jugadores
mundiales de I+D, este problema también ha comenzado a causar escozor en la
espalda de los emprendedores científicos.
Según
la experta y consultora en temas de la industria biomédica, Gili Alon
Levitin, los inversionistas
estadounidenses (los más fuertes del mercado mundial) tienen interés
en
invertir en empresas israelíes biomédicas, sin embargo, para hacerlo, las
empresas deben superar varios obstáculos.
Según Gili
Alon Levitin, " los inversores demuestran a las claras que perciben a
Israel como un centro de biotecnología fuerte y como una fuente importante de
innovación, sin embargo, la mayoría de ellos no están familiarizados con los
logros específicos de las empresas israelíes que no sean gigantes como Teva o
Given Imaging".
Uno de los
déficits apuntados por Alon Levitin, es la mala comunicación proveniente de las
instituciones israelíes encargadas de promocionar la ciencia, así como de sus
empresas. Apunta otro problema más: "la distancia entre Israel y EEUU,
desanima a los inversores".
Sucede que "el
seguimiento periódico del estado de las investigaciones es crucial en esta
industria para garantizar el éxito de la inversión; las reuniones de las juntas
de inversionistas suelen ser trimestrales y es el único modo de participar en
el proceso de toma de decisiones", acerca de las direcciones que deben
seguir las investigaciones.
Gili Alon Levitin. Foto: gentileza G.A.L.
Esa misma
distancia hace también que sea difícil para los inversores, conocer a los
directivos, uno de los factores más críticos en la evaluación de una
oportunidad de riesgo potencial. "Las relaciones personales y la
familiarización con los logros anteriores de los directivos es fundamental para
la evaluación de una oportunidad de inversión; sin embargo, la falta de
creación de lazos entre la comunidad israelí de biotecnología y los inversores
de EEUU sumado a las diferencias de cultura empresarial, las tornan aún más
difíciles".
Otro aspecto
a tomar en cuenta es que hacia 2005, la Ley de Patentes en Israel fue
modificada para permitir a las empresas israelíes, acceder a los documentos
presentados por otras compañías. Esta ley, calificada por los medios como
"Enmienda Teva", dadas las sospechas que había sido diseñada para beneficio
del gigante farmacológico israelí y otros fabricantes de productos
farmacéuticos genéricos de Israel, les permitía utilizar esos datos para preparar
sus propios productos a fin que estén
listos para competir tan pronto como los derechos de exclusividad de
comercialización llegaran a su fin.
Esta
exención ha generado preocupación entre las compañías farmacéuticas
multinacionales y otros titulares de patentes farmacéuticas, y ha sido un tema
de debate en el nivel diplomático entre Israel y los EEUU.
En abril de
ese 2005, EEUU había anunciado que pondría a Israel en su "lista de
vigilancia prioritaria" de los países que violan los derechos de propiedad
intelectual. EEUU también expresó su preocupación por la persistencia de problemas
experimentados por empresas norteamericanas, afirmando que sufren de una falta
de protección adecuada para su propiedad intelectual en Israel.
Es cierto
que las tendencias actuales de los inversionistas –dado que muchas patentes
comienzan a caducar y otras lo harán en los próximos años- están centradas en
la creación de alianzas, fusiones y adquisiciones de grandes empresas
farmacéuticas, antes que en las innovaciones, como acontece con muchos de los
proyectos financiados por la Oficina del Jefe Científico en Israel.
Así, las
empresas israelíes prefieren buscar una financiación que les permita
desarrollar su propia propiedad intelectual y salir a la bolsa, en lugar de
vender sus innovaciones a las empresas farmacéuticas multinacionales.
Fantasma
3: La fuga de cerebros, constituye la principal amenaza
para el futuro de la ciencia israelí. Si en el año 2000 fue posible proyectar
la biotecnología israelí como potencia mundial en 2010, y este objetivo se
había cumplido ya en 2006, ha sido gracias a los recursos humanos especializados.
Estos recursos humanos, provenían de dos fuentes distintas. La más importante,
ha sido la primera ola de inmigración de la ex – URSS.
La
inmigración de los '90 puede ser considerada como un "éxodo total" ya
que se trasladan familias completas. De acuerdo a datos del Ministerio del
Exterior de Israel el 31% de los inmigrantes tenía más de 50 años y el 32%
menos de 25. Pero por sobre todo, entre los inmigrantes soviéticos, la
proporción de científicos y académicos con educación superior era cinco veces
mayor que entre los israelíes.
La otra
fuente fue el retorno de israelíes con grado académico de EEUU y en menor
medida de Sudamérica. Atraídos por este plan, que garantizaba fondos para la
investigación y enseñanza, muchos retornaron. Esta explosión de talento humano
fue determinante para que Israel, en pocos años, cambiara su matriz económica.
Observando
este capital humano, una comisión interministerial desarrolló el plan Biotech
Israel 2000 – 2010, que fijara los objetivos de desarrollo y exportación de
I+D.
¿A qué se
debe el fenómeno inverso que hoy amenaza la continuidad de este plan?
En abril de 2010, el Profesor
Shimon Yankielowicz, Pro
Rector de la Universidad de Tel Aviv y Miembro del Consejo de Planeamiento y
Presupuesto, al sostener que "se requiere de valentía para cambiar
antes de que sea demasiado tarde", dio las principales pistas de este
peculiar fenómeno, basándose en una investigación llevada a cabo por el Prof.
Dan Ben-David, del Departamento de Políticas Públicas de la Universidad de Tel
Aviv.
Veamos
las cifras y datos aportados por aquel informe[3]:
"La
tasa de emigración académica de Israel hacia los EEUU no tiene parangón en el mundo
occidental. Los académicos Israelíes residentes en los EEUU en 2004
representaban un 24,9% de todo el personal académico Senior de las
instituciones de Israel… Esto representa un éxodo académico inédito, no sólo en
términos de cantidad sino también en términos de la calidad de los individuos
que el país ha perdido: cerca del 25% de los académicos y científicos israelíes,
muchos de ellos de primer nivel de excelencia, llamativamente, tienen una
radicación de tiempo completo en las Universidades líderes norteamericanas en cinco campos diferentes: física, química,
filosofía, economía y ciencias de la computación".
Prof. Shimon Yankielowicz, Pro Rector de la Universidad de Tel Aviv
Mientras
tanto, en Israel, el coeficiente de plantel docente Senior per cápita ha
retrocedido a los índices existentes a mediados de los años sesenta; aún si
incluyéramos a los recientemente abiertos Colleges que no pertenecen al campo
de la investigación.
La
cantidad de cargos en las universidades de investigación está decreciendo
continua y lentamente, mientras aumenta el número de estudiantes.
Si
observamos las cifras desde los años '80, notaremos que la cantidad de
estudiantes ha ido en constante aumento, llegando a los 170.000 en 1990 y 226.000 en 2009.
Las
implicancias combinadas de la tendencia ascendente en la cantidad de
estudiantes y la tendencia descendente en la cantidad de profesores tienen un
impacto negativo en la calidad de enseñanza y sobre la calidad de
investigación. A medida que la cantidad de estudiantes por miembro del plantel
docente aumenta (llegando a 24 comparado con la relación 15 a 20 en la
universidades norteamericanas más importantes) las aulas se han vuelto más
multitudinarias y más docentes académicos no investigadores se contratan para
enseñar al excedente de alumnos. Esto tiene un efecto directo sobre la calidad
de los programas de enseñanza dado que un profesor que no es un investigador
activo no puede transmitir resultados de investigación de vanguardia a sus
estudiantes.
El plantel docente Senior en Israel tiene una carga relativamente mayor de lo común en su tarea docente en muchas disciplinas, como consecuencia, tienen menos tiempo para supervisar a los estudiantes graduados como así también para poder investigar. A esto se suma que los fondos de investigación disponibles para los mejores investigadores en los EE.UU. son significativamente mayores que en Israel.
El plantel docente Senior en Israel tiene una carga relativamente mayor de lo común en su tarea docente en muchas disciplinas, como consecuencia, tienen menos tiempo para supervisar a los estudiantes graduados como así también para poder investigar. A esto se suma que los fondos de investigación disponibles para los mejores investigadores en los EE.UU. son significativamente mayores que en Israel.
Teniendo
en cuenta la crisis presupuestaria dominante en las universidades de
investigación israelíes, se ha vuelto aún más difícil obtener los fondos
necesarios para reclutar jóvenes investigadores líderes, especialmente en los
campos experimentales dado que el precio para establecer un laboratorio nuevo y
competitivo aumenta constantemente (entre U$ 500.000 y un millón y a veces
más).
Debido al inadecuado manejo presupuestario del sistema de educación superior por parte del Gobierno, las dos universidades principales se vieron forzadas a reducir en un 15% (la Universidad Hebrea) y en un 20% (la Universidad de Tel Aviv) la cantidad de miembros de sus planteles docentes Senior, mientras el Technion pudo mantener aproximadamente la misma cantidad de personal. Cabe recordar que durante este período fuimos testigos del enorme incremento en la cantidad de estudiantes. El hecho de que los investigadores y académicos israelíes pudieran, de un modo relativamente sencillo, encontrar un puesto en los EE.UU. se atribuye especialmente al alto nivel y calidad de los doctores “producidos” por la comunidad académica de investigación israelí.
Debido al inadecuado manejo presupuestario del sistema de educación superior por parte del Gobierno, las dos universidades principales se vieron forzadas a reducir en un 15% (la Universidad Hebrea) y en un 20% (la Universidad de Tel Aviv) la cantidad de miembros de sus planteles docentes Senior, mientras el Technion pudo mantener aproximadamente la misma cantidad de personal. Cabe recordar que durante este período fuimos testigos del enorme incremento en la cantidad de estudiantes. El hecho de que los investigadores y académicos israelíes pudieran, de un modo relativamente sencillo, encontrar un puesto en los EE.UU. se atribuye especialmente al alto nivel y calidad de los doctores “producidos” por la comunidad académica de investigación israelí.
Universidad de Tel Aviv. La reducción del 20% del presupuesto asignado por el estado, provocó el éxodo de varios científicos.
Foto: PUENTE 21.
La
infraestructura científica, que debería servir de apoyo para la investigación
de vanguardia, se ha deteriorado aún más durante el último quinquenio.
Claramente, esta situación no es nada atractiva para un joven científico líder
cuyas oportunidades de investigación en los EEUU son mucho mejores.
La
ausencia de una política coherente a largo plazo del Gobierno frente a la
educación superior, genera una situación que amenaza a la investigación
académica con el estancamiento.
"Israel
es un país pequeño con problemas de seguridad y socioeconómicos únicos. Dos
segmentos importantes de su población como los judíos ultra ortodoxos y los árabes
israelíes aún no se han integrado completamente a su sociedad principal. El
país no tiene recursos naturales y su limitado “cerebro humano” es su principal
fortaleza".[4]
Este
recurso humano es responsable del éxito sin precedentes en las industrias de
alta tecnología y biotecnología de Israel y es el motor que ha impulsado el
reciente éxito económico Israelí.
Mientras
la comunidad académica de hoy, en gran medida responsable del éxito israelí en
alta tecnología y biotecnología es producto de la inversión del pasado, las
inversiones de hoy determinarán la futura calidad de la educación superior de
Israel y la futura capacidad del país para competir y prosperar en una economía
global moderna. Al mismo tiempo, edificaría una sociedad fuerte basada en el
conocimiento, disminuyendo las brechas socioeconómicas y manteniendo su
seguridad.
Un
país con un PBI de más de doscientos mil millones debería estar en condiciones
de revertir esta tendencia alarmante.
[2] Realizada por
la empresa Geocartography para el Colegio Académico de Tel Aviv-Jaffa. Se
preguntó a 500 hombres y mujeres mayores de 18 años, que constituyen una
muestra representativa de la población judía de Israel. El margen de error es
de + - 4.4%.
[4] Informe del el Prof. Dan Ben-David,
del Departamento de Políticas Públicas de la Universidad de Tel Aviv, op. cit.
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