22 ago 2011

ISRAEL FUE PIONERO EN FERTILIZACIÓN ARTIFICIAL

Si los nazis fueron pioneros en esterilización de mujeres como método de control de la natalidad y la vida, los judíos lo fueron en fertilización artificial y gestación de vida en aquellos que biologicamente, no podían; si los nazis sembraron el sueño de la clonación de la raza aria, los judíos hicieron realidad la utilización del código genético (ADN) para salvar vidas.

Dr. Bruno Lunenfeld y la fertilización artificial
"Gracias al sobrino del Papa, desarrollamos la ovulación artificial"


El doctor Bruno Lunenfeld desentrañó el funcionamiento de las gonadotropinas, las hormonas que permiten la ovulación, allanando el camino para el tratamiento de problemas de infertilidad, incluyendo las terapias que faciliten la fecundación in vitro.

Aproximadamente una de cada 10 parejas tiene dificultad para concebir. Sin embargo, hasta mediados del siglo pasado, muchas de las causas de la infertilidad no fueron entendidas totalmente y era poco lo que se podría hacer por las mujeres que no podían quedar embarazadas.

Un importante punto de inflexión se produjo durante la década de 1950, cuando un equipo de investigadores, que incluía al médico israelí Bruno Lunenfeld, desentrañó el funcionamiento de las gonadotropinas, las hormonas que permiten que la ovulación ocurra.

Dr. Bruno Lunenfeld. Foto: institucional

Sus investigaciones condujeron al desarrollo de un fármaco de gonadotropina humana llamado Pergonal, que Lunenfeld utilizara en 1961 para el tratamiento de una paciente israelí que no podía ovular. El tratamiento fue un éxito y se convirtió en la primera mujer en el mundo con un problema de infertilidad de este tipo, que pudo concebir un hijo.

El 50° aniversario de esta revolución en el campo de la fertilidad, se celebró en el 10° Simposio Internacional de la GnRH (gonadotropinas humanas), entre el 6 y el 8 de febrero de 2011 en Salzburgo, Austria, co-presidido por el Dr. Lunenfeld.

Cuando el bebé-probeta era ciencia ficción
La innovación de Lunenfeld allanó el camino para el uso de gonadotropinas humanas en el tratamiento de otros tipos de problemas de infertilidad, incluyendo terapias para facilitar la fertilización in vitro (bebés de probeta). El Pergonal ayudó a producir en el mundo al primer bebé de probeta, Louise Brown, en 1978.

Gráfica (en inglés) que explica el funcionamiento del "pergonal". Imagen: ansci.wisc.edu

Rememorando este hito en la historia médica, Lunenfeld, (84) reflexiona sobre cómo la investigación médica ha cambiado en los últimos 50 años.

"Cuando publicamos nuestro primer artículo (que describía cómo la gonadotropinas estimula la ovulación en las mujeres) en 1954, se creía en una ética médica diferente. Queríamos que nuestro descubrimiento perteneciera al mundo entero, así que lo publicamos en una revista científica con el fin de evitar que las empresas comerciales lo patentaran y monopolizaran su uso".

El Dr. Lunenfeld fue, entre otros, fundador del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Bar-Ilan (1969), y hoy continúa ligado a la institución como profesor emérito de Endocrinología reproductiva, realizando investigaciones revolucionarias, tanto en el campo de la fertilidad y como en el del envejecimiento, tanto en Bar-Ilan, como en el Instituto Weizmann de Ciencia y el Centro Médico Sheba.

"La orina necesaria fue provista por las monjas"
Lunenfeld está especialmente orgulloso de que las mujeres de Israel estuvieran entre las primeras en el mundo en beneficiarse de las nuevas tecnologías de tratamiento de fertilidad. Cierto, de hecho, disfrutaron de libre acceso por un número de años al Pergonal, gracias a la alianza que Lunenfeld ha forjado con el Dr. Piero Donini, director de I+D de Serono, la empresa farmacéutica europea que produce la droga.

"El principal problema que enfrentaban las compañías farmacéuticas era encontrar una fuente de grandes cantidades de gonadotropinas", recuerda Lunenfeld, y señala que había obtenido las pequeñas cantidades que necesitaba para sus experimentos mediante la extracción de las hormonas de la orina de las voluntarias post-menopáusicas.

"Se tarda aproximadamente un día de suministro de orina de 10 mujeres para llegar a producir una sola dosis terapéutica", dice Lunenfeld, y agregó que en esos días no existían métodos de ingeniería genética.

Por suerte, explica Lunenfeld, en la compañía Serono había una conexión especial con una autoridad de importancia mundial para acceder a una enorme cantidad de orina pos-menopausia.

"Resultó que el Vaticano era propietario de la mayoría de las acciones de la empresa Serono. Por lo tanto, con una petición directa del sobrino del Papa, Don Giulio Pacelli, que era miembro de la junta directiva de Serono, fue fácil obtener la cooperación de las monjas que viven en residencias de ancianos en toda Italia".

En gratitud a las contribuciones de Lunenfeld (a las ganancias de Serono), la empresa acordó suministrar a las mujeres israelíes el Pergonal.

El Rabino de la boda
El Dr. Lunenfeld cuenta cómo se interesó por la investigación de la fecundidad. La anécdota tal vez sea un reflejo exacto de por qué él y muchos otros científicos de Israel han ayudado al país a convertirse en una superpotencia en este campo. La historia se remonta a su boda, que tuvo lugar mientras estudiaba medicina en Ginebra, durante los años subsiguientes a la Segunda Guerra Mundial.

"El rabino Botchko, que ofició la ceremonia, me hizo una petición especial", recuerda Lunenfeld, señalando que el rabino había dirigido la única escuela judía en Suiza durante el Holocausto. 'Después de haber perdido a tantos de nuestros hermanos, hasta los jóvenes científicos como usted deben ayudar a recuperar nuestra fortaleza' me dijo".

Las palabras del rabino tocaron al Prof. Lunenfeld "en mi propia historia", acota. Nacido en Viena, tenía 11 años cuando los nazis comenzaron a deportar a los Judios -incluyendo a su padre- a los campos de concentración. Gracias a su madre, formó parte del último contingente de niños judíos a los que les fue permitido salir a Inglaterra con autorización legal.

Lunenfeld llegó a Israel en 1940. Ha dedicado toda su carrera en cumplir el sueño imaginado en la ceremonia de su boda hace más de 60 años. La preeminencia de Israel en el campo de la fertilidad, evidenciada en los 25 centros de fertilidad y la mayor proporción de tratamientos de fertilidad per cápita del mundo, le deben algo a este pionero. También los miles y miles de bebés nacidos en el mundo a partir de la década del '60 gracias los tratamientos de fertilización. Un buen cuento de cuna para los sueños más profundamente humanos.
Mail del Dr. Bruno Lunenfeld:  blunenf@ibm.net

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